Algunos historiadores del Jiu-Jitsu dicen que los orígenes del arte suave se remontan a la India, donde fue practicado por los monjes budistas, estos preocupados por la autodefensa crearon un sistema de técnicas basadas en principios como equilibrio y la palanca, un sistema con el cual, se trabajase todo el cuerpo de una manera en la que se podía evitar depender de la fuerza o las armas. Con la expansión del budismo, el Jiu-Jitsu se extendió desde el sudeste asiático hasta China, llegando finalmente a Japón, donde se desarrolló y ganó más popularidad.
A finales del siglo XIX, algunos maestros de Jiu-Jitsu emigraron de Japón a otros continentes, enseñando artes marciales y participando en peleas y competiciones.
Esai Maeda Koma, también conocida como «Conde Koma«, fue uno de esos maestros. Después de viajar con una compañía que luchó en varios países de Europa y América, Koma llegó a Brasil en 1915 y se estableció en Belem do Para al año siguiente, donde conoció a un hombre llamado Gastao Gracie.
Padre de ocho hijos, cinco niños y tres niñas, Gastao se convirtió en un entusiasta del Jiu-Jitsu y trajo a su hijo mayor, Carlos, para aprender del maestro japonés. Carlos Gracie tenia apenas quince años y naturalmente frágil, por lo tanto, el Jiu-Jitsu se convirtió en un método no solo para pelear, sino para mejorar personalmente. A los diecinueve años, se mudó a Río de Janeiro con su familia y comenzó a enseñar y pelear. En sus viajes, Carlos daba clases y también demostraba la eficacia del arte al vencer a oponentes que eran físicamente más fuertes y grandes que él. En 1925 regresó a Río y abrió la primera escuela, conocida como la «Academia Gracie de Jiu- Jitsu».
Desde entonces, Carlos comenzó a compartir sus conocimientos con sus hermanos, adaptando y refinando las técnicas a las características naturalmente más débiles de su familia. Carlos también les enseñó sus filosofías de la vida y sus conceptos de nutrición natural.
Finalmente, Carlos se convirtió en pionero en la creación de una dieta especial para atletas, «La Dieta Gracie», que transformó el Jiu-Jitsu en un término sinónimo de salud.